La librería Faro de Totana acogió hoy un acto cultural de gran relevancia para el ámbito local y académico: la presentación de los dos libros del historiador totanero Gonzalo Martínez Cánovas, acompañado por el profesor Pedro Payá, director de su tesis doctoral. El evento coincidió además con el segundo aniversario de la librería, como recordó su propietario, Dani Meca, quien agradeció el apoyo del público y deseó que actividades como esta continúen durante muchos años.
Un arranque cercano y reivindicativo
Dani Meca fue el encargado de abrir la presentación, dando la bienvenida a los asistentes y agradeciendo la presencia de ambos ponentes. Recordó que la librería acababa de cumplir dos años y subrayó que su continuidad es posible gracias al apoyo de quienes participan en las iniciativas culturales que acoge el espacio.
Pedro Payá: un elogio a un historiador sui generis
El profesor Pedro Payá inició su intervención destacando el papel de la librería Faro en la promoción cultural del municipio y reivindicando la importancia de libreros vocacionales. A continuación explicó que tuvo el honor de dirigir la tesis de Gonzalo Martínez Cánovas, origen de uno de los libros presentados.
Payá definió al autor como un historiador y un estudiante sui generis, detallando los motivos: estudió mientras trabajaba, se formó en la UNED cuando aún se mantenía la integración de Geografía e Historia, cursó un máster en la Universidad de Alicante desplazándose diariamente desde la Región de Murcia y eligió realizar su tesis con un director que entonces no había supervisado ninguna.
Además, explicó la singularidad más destacada: perteneciendo a la academia por sus aportaciones, Gonzalo aún no ejerce como profesor universitario, algo poco habitual entre historiadores consolidados.
La verdad del juez y la verdad del historiador
Payá leyó dos párrafos del autor que, a su juicio, reflejan una gran conciencia del oficio de historiador. En ellos se afirma que Largo Caballero fue juzgado según lo que se sabía en 1935, y no según lo que hoy conocemos, y que la historia es siempre revisable, abierta a nuevas interpretaciones.
A partir de estas ideas comparó la labor del juez y la del historiador: ambos interrogan testimonios, pero mientras el juez trabaja con una verdad inmutable, el historiador debe lidiar con un conocimiento sujeto a constantes revisiones.
El profesor citó también una reseña de Glicerio Sánchez Recio, quien destacó el dominio de Gonzalo sobre las fuentes judiciales y señaló que, aunque pueda parecer un jurista por la profundidad con la que maneja el material, es esencialmente un historiador.
Jiménez de Asúa: biografía necesaria de un personaje clave
Payá detalló el contenido del primer libro de Gonzalo, fruto de su tesis doctoral, dedicado a Luis Jiménez de Asúa, uno de los grandes referentes del derecho penal contemporáneo y figura clave para entender la España del siglo XX. Subrayó la importancia de haber cubierto un vacío historiográfico, ya que hasta ahora no existía una biografía moderna sobre él pese a su relevancia en la historia democrática y el exilio.
La Causa 443: estudiar lo que otros no estudiaron
El segundo libro —que Payá considera consecuencia directa del primero— aborda la Causa 443 de 1934, en la que Jiménez de Asúa actuó como abogado defensor de Largo Caballero. El profesor señaló que las principales biografías del dirigente socialista apenas dedican unas páginas a este capítulo, por lo que la investigación de Gonzalo llena un vacío clave para la comprensión de la época.
Payá concluyó planteando una cuestión retórica: cuántas aportaciones existirían ya si Gonzalo hubiera seguido desde el principio la carrera universitaria. Aun así, aseguró que queda tiempo para nuevas obras.
La intervención del autor: de la investigación al archivo
Tras la presentación de su maestro, tomó la palabra Gonzalo Martínez Cánovas, quien agradeció al público su asistencia y a Dani Meca su compromiso cultural. Explicó que esta era su primera presentación en Totana y aprovechó para contar el origen de su investigación sobre la Causa 443.
Jiménez de Asúa: un catedrático joven, contestatario y de referencia internacional
Gonzalo resumió los cuatro años de trabajo dedicados a la biografía de Jiménez de Asúa, una tarea ardua por la enorme extensión de su archivo personal y la necesidad de situar al personaje en los acontecimientos más destacados de los años 20 y 30.
Describió a Jiménez de Asúa como el catedrático más beligerante contra la dictadura de Primo de Rivera, defensor de valores avanzados como la incorporación de las mujeres a la vida pública, la regulación del aborto y la eutanasia, o la educación laica. Su estrecha relación con el movimiento estudiantil lo convirtió en un referente moral y académico de la época.
La Segunda República como proyecto reformista
El autor contextualizó la llegada de la Segunda República analizando el proceso de modernización de España, el colapso de la Restauración, el fracaso del proyecto autoritario de Primo de Rivera y la movilización social de 1930 y 1931. Afirmó que la República impulsó el programa reformista más ambicioso de la historia contemporánea del país, cuyos conflictos eran inevitables dada la profundidad de los cambios que pretendía introducir.
El origen del libro: una investigación que creció sola
Gonzalo explicó que la Causa 443 fue inicialmente un proyecto para un artículo académico, pero el volumen del expediente judicial —procedente del Archivo Histórico Nacional— lo llevó a convertirlo en un libro.
Aclaró que su obra no es un estudio sobre la Revolución de Octubre ni una biografía de Largo Caballero, sino un análisis del proceso judicial en sí mismo, cuyo valor historiográfico consideró evidente.
Itinerario del proceso, estrategia de defensa y relato de la vista
El autor detalló la compleja trayectoria del proceso: la detención de Largo Caballero, su paso por la jurisdicción militar, el retorno momentáneo al Tribunal Supremo y la celebración final del juicio en 1935. Subrayó que la fase de instrucción es clave para entender el caso.
Uno de los capítulos más novedosos aborda la estrategia de defensa, basada en la negación de los hechos, rompiendo con la actitud que Largo Caballero había adoptado en juicios anteriores.
El capítulo dedicado a la vista oral ofrece un relato narrativo que permite al lector “asistir” a las tres jornadas del juicio, transformando la aridez del expediente en una narración accesible.
En sus conclusiones, el autor recuerda que el juicio debe entenderse según lo que se conocía en 1935, y no desde el conocimiento posterior.
En el turno de preguntas, un asistente se interesó por la naturaleza de la beligerancia de Jiménez de Asúa, preguntando si era callejera o intelectual. Gonzalo explicó que su oposición se desarrolló principalmente desde la universidad, a través de libros, artículos y docencia, aunque sus posiciones lo llevaron a ser censurado, expedientado y finalmente a dimitir.
La historia como búsqueda constante
La presentación en la librería Faro volvió a poner de relieve la idea central que comparten tanto Payá como Martínez Cánovas: la historia nunca es definitiva. El conocimiento histórico está siempre sujeto a revisión, retorno y ampliación.
El trabajo del autor, capaz de convertir expedientes judiciales complejos en narrativas claras y rigurosas, confirma la importancia de estudiar los procesos judiciales como piezas esenciales para comprender la construcción de la Segunda República.
